Las piernas me temblaban, acababa de conocer a un hombre que me quería enseñar un poco de su «mundo», un mundo del que estaba orgulloso pero a la vez sentía que quería cambiar.
La historia de Elías y su familia es larga y complicada, así que durante unos días fui descubriendo muchas cosas, que con impotencia fui digiriendo.
De repente los niños me cogían de la mano y me saludaban como a la mismísima princesa de Etiopía, engalanados con sus mejores ropitas pues era domingo acababan de llegar de misa y sus risas tímidas me contagiaron.
Entré a una pequeña habitación , eso era todo, ahí es donde vivía la sobrina de Elías ( la preciosa Maro con su mamá); su papi murió un año atrás en un accidente de coche. Ella con tres añitos le ha tocado una vida difícil, como a otros muchos niños de Etiopía.
Su mamá a pesar de no hablar amhárico me transmitió con la mirada más que con mil palabras, sí, había sufrimiento pero también ganas de seguir adelante, supongo que como todos los padres, darían lo que fueran porque sus hijos tengan lo mejor.
Ella, tiene 28 años y nació en esa habitación, toda su vida allí, se casó y su madre le dejó la casa a cambio de un alquiler y ahora al tener a Maro le es difícil encontrar un trabajo, a veces lava para algunas familias pero aquí la vida no es nada fácil.
A pesar de todo ello, no me falto de nada, un trozo de pan, unas palomitas y por supuesto un cafe que olia a las mil maravillas.
Conforme pasaban las horas y disfrutaba jugueteando con esa pequeñita y a la vez Elías me contaba su difícil vida y las de sus vecinos, iban entrando y saliendo niños( nombres, historias…)pensaba por un momento que mi cabeza explotaría y si soltaba una lágrima jamás podría volver a parar.
Decidí volver al día siguiente y poder digerir en la noche todo aquello que estaba viendo…
«¿Puedo ir al baño?» pregunté. «Sí, claro que puedes pero tal vez…» Bueno los niños me llevaron y creo que la primera imagen nunca la olvidaré. Un baño para 30 personas, vaya 3 plásticos y muchísima suciedad. Creo que podré esperar..
A la vuelta otro día decidimos que algo podríamos hacer y nuestro gran compañero Elías nos dio presupuesto, de eso y del agua, si. Tampoco tienen agua…tienen que salir del barrio para ir a por ella, y eso no es todo, también pagarla.
No más de 1000 birr por cambiar la vida de esas personas? ¿Ni cincuenta euros? La impotencia medesbordaba por momentos. ¡Hecho!
No más de dos semanas y cuando volvimos la cara de los niños y ya de los mayores no era de asombro, miedo…no!!Era de pura felicidad…con ayuda de Elias(de nuevo) nos iba traduciendo aunque con la mirada a veces sobraba la traducción pero se preguntaban por qué Porque habiamos hecho todo eso…tal vez solo sea un punto en una montaña de arena, pero muchos puntos tal vez puedan cambiar el mundo. Yo confio en eso le dije:)
Muchas pequeñas historias fui descubriendo durante esos dias, entre buna y buna conocí a las familias y con ellas sus dificiles vidas.
Sobre todo dos fueron las que mas me impactaron.. Mi querido Kurubel, un niño risueño, entrañable que desde pequeño no tuvo la oportunidad de hablar, su madre no sabe por qué, pero su vida fue muy dificil y algunas vivencias son dificiles o imposibles de olvidar.
Tal vez podriamos llevar a kurubel al hospital?Aqui los hospitales públicos hacen lo que pueden pero no es suficiente..Desde el día que lo supo el folleto de la clinica no lo solto y de mi pierna tampoco!!
El dia de navidad llego, y con ellos los juguetes, muchas familias nos habían donado regalos y ropa y fui a repartirlas, jamas vi tanta felicidad junta. Solo la mirada de una chica y su timidez me llamó la atencion antes ni me habia fijado que estaba.
Le pregunte a Elias, si normal, me dijo el..habla poco y tiene miedo..su vida es bastante dificil, sus padres murieron y vive con un señor mayor, necesita ayuda tan solo tiene 14 años.
Viendo los progresos de nuestro pequeno barrio pregunte que mejor repartir lo poco que tenemos que en eso es lo que creemos, un mundo justo en el que todos tengan lo necesario y no unos muchos y otros poco , como por desgracia en Etiopia vemos todos los dias.
Asi que mi gran amigo, Elias, esa persona que siempre esta al pie del canon y cuando lo tienes echo ya lo ha pensado el, le pregunto que necesidades ve en el barrio y justo el gobierno ha decidido construir un edificio alli, donde vivian unas 30 familias y sin nada a cambio los echa a la calle. Muchos tienen familia y como pueden van juntandose, pero algunos no corren la misma suerte.
Es el caso de tres mujeres, valientes, con ganas de sacar a sus hijos adelante pero las circunstancias e injusticias de la vida se lo impiden…
Estan enfermas y tienen hijos a su cargo y en un pais en el que cada vez las clases sociales son mas injustas y los pobres apenas tienen para comer pero al lado hay una casa de lujo, el trabajo es un bien escaso a cargo de unos pocos.
Asi que estos son nuestros planes, primero proveerles de una casa(Echo!) , segundo un pequeno proyecto de trabajo para cada una de las mamas mientras sus hijos estan en el cole, por supuesto con la escucha atenta de lo que ellas quieren hacer.
Una me proponia coser ropa(por supuesto!) tal vez bolsos le pregunte?vale pero no se hacerlo, y hay de nuevo Elias con su opcion, hay un curso de un mes que puede hacer, perfecto!
A mi me gustaria vender cafe y a mi vender frutas y verduras.
Estos son nuestros proyectos y objetivos proximos, Gracias a los apadrinamientos dotaremos a los ninos de todo lo necesario y segiremos buscando mas proyectos para seguir avanzando!!
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