Mi paso por Ankelba se puede definir brevemente: ENRIQUECEDOR
Conocí a Olivia gracias a mi mejor amigo, y digo gracias porque solo tengo palabras de gratitud hacia ella por su trato, su trabajo, su aportación para un mundo mejor y su ilusión incansable por ayudar.
Mi idea era ver, oír, aprender y diagnosticar con el fin de poder ayudar después en la planificación estratégica tanto interna como externa.
Eso hice, pero para mi sorpresa, el entorno me ayudó a cambiar: «Ver» por «descubrir», «Oír» por «Escuchar» y «Aprender» por «APRENDER»
En ese lugar llamado Ankelba las personas viven felices, y lo hacen de una forma digna, se sienten útiles. Cada cual sabe lo que debe hacer, sin complejos organigramas ni planes de RRHH, todos sin excepción arriman el hombro.