Son las dos menos diez de la madrugada y acabo de llegar a Casa Ankelba en Holeta. Hasta llegar aquí, entre luces amarillas exhaustas, hemos cruzado Addis Abeba y me ha impresionado mucho ver las hordas de parias africanas deambulando por los caminos. Bajo la lluvia fina, había centenares de hombres y mujeres errando por […]